jueves, 27 de septiembre de 2007

La Crisis y el Empleo

Columna de opinión de José Antonio Ocampo, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, publicada en Notas de la CEPAL N° 7, noviembre de 1999.

Una de las consecuencias más desfavorables del retroceso del crecimiento económico durante 1999 ha sido la pérdida de puestos de trabajo y el consecuente aumento del desempleo abierto. En efecto, para un conjunto de diez países de la región, en el primer semestre del año el desempleo aumentó a 9.1%, que se compara desfavorablemente con el 8.2% del mismo período del año anterior. Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela experimentaron caídas en la tasa de ocupación y aumentos fuertes del desempleo (definido como la proporción de la población económicamente activa que no tiene trabajo). En Brasil, la tasa de ocupación cayó sólo en forma moderada y el desempleo se mantuvo en los niveles previos, pero dicha situación se manifestó en un contexto de deterioro de la situación laboral que se inició a fines de 1997. Sólo México y algunos países centroamericanos han tenido una evolución positiva de la situación laboral, debido en gran parte al impulso que sobre estas economías ha tenido la fuerte expansión de la economía norteamericana.

Esta situación se ha presentado, además, en un contexto de un deterioro de más largo plazo de la situación laboral durante la década de los noventa. Aunque existen nuevamente excepciones nacionales, la década que termina se ha caracterizado por una tendencia al aumento del desempleo abierto y una concentración de la generación de empleo en sectores de baja productividad. Como resultado de ello, la tasa de desempleo abierto superará en 1999 aun los niveles que había alcanzado en la 'década perdida'. Además, la reducida generación de empleo se concentrará una vez más en sectores informales, donde se ha generado el 84% de los nuevos puestos de trabajo en América Latina durante la década actual, de acuerdo con los cálculos de la Organización Internacional del Trabajo.

La destrucción de puestos de trabajo y el elevado nivel de desocupación tienen serias consecuencias, tanto para el bienestar de grandes grupos de la población como para la recuperación del crecimiento económico. El empleo es el principal mecanismo de transmisión de las oportunidades que genera el crecimiento y, a su vez, una de las fuentes más importantes de poder de compra y, con ello, de demanda interna. Por su parte, el desempleo no sólo constituye una pérdida económica sino una fuente de frustraciones personales y, potencialmente, de conflicto social.

El desempleo no sólo constituye una pérdida económica sino una fuente de frustraciones personales y, potencialmente, de conflicto social... La pérdida de ingresos del principal perceptor frecuentemente lleva a los hogares a conseguir fuentes de supervivencia que involucran la búsqueda de ingresos por otros miembros del hogar, que en el caso de los jóvenes puede significar su salida definitiva del sistema escolar y, con ello, un deterioro de sus oportunidades laborales y sociales futuras.

El doble reto, estructural y coyuntural, que manifiesta la situación laboral actual de la región llama la atención sobre la necesidad de colocar este tema en el centro de atención del debate público, de acuerdos sociales y de la política económica. Esto indica que el fomento a la generación de empleos permanentes, que cuenten con una apropiada protección social, debe convertirse en un foco fundamental de preocupación de las autoridades. Aparte de ello, sin embargo, la crisis ha hecho evidente la necesidad de contar con mecanismos que moderen sus impactos negativos sobre el empleo. Ello implica, en primer término, que los instrumentos de política macroeconómica de corto plazo deben combinarse de manera que minimicen sus efectos negativos sobre la actividad productiva y la generación de empleo. Una política de esta naturaleza debe acompañarse, además, de mecanismos amplios de apoyo a sectores vulnerables durante las crisis.

Estos esquemas deben ser permanentes, porque sólo medidas de este tipo pueden responder en forma oportuna a las necesidades generadas por una disminución de la demanda laboral. Entre ellas se cuentan sistemas eficientes y fiscalmente sostenibles de seguro de desempleo, o esquemas que permitan a los trabajadores desempleados mantener gran parte de la protección social. Se cuentan también programas de emergencia de generación de empleo, de obras públicas intensivas en mano de obra o incentivos a la inversión privada enérgica en empleo (construcción, algunas actividades de servicios), programas especiales que combinen la capacitación con la generación de ingresos mínimos y subsidios a la asistencia escolar de hogares de bajos ingresos con padres desempleados.

José Antonio OcampoSecretario Ejecutivo de la CEPAL
Conclusión:
En esta lectura muestra un panorama mas amplio sobre, que es lo que crea el desempleo y de que forma aumenta en los países mencionados, y de que forma intentan detener este fenómeno por llamarlo de esta forma.

ANA MARÍA

1 comentario:

compartir dijo...

Hay que publicar la lectura y tratar de hacer un análisis mas profundo de ella, para que de esta forma vayas ubicando mas el problema a investigar.